Introducción
En este capítulo abordamos los temas del verso y la estrofa para
comprender como debemos estructurar nuestros sonetos desde estos aspectos.
El verso
El verso es la unidad básica de un poema, tanto que puede pensarse como
una sucesión de versos. Las otras estructuras como la estrofa y cesuras añaden
variedad y color, pero están lejos de ser tan determinantes. Un buen poema
siempre se hace a partir de varios buenos versos (aunque sólo eso no asegure el
resultado).
Normalmente el verso tiene una unidad de sentido, es decir en sí mismo
representa una unidad inteligible, que se asocia con alguna función sintáctica.
En caso contrario, se habla de versos encabalgados que desarrollan su estructura
a lo largo de dos o más versos. Esto es bastante frecuente en la poesía libre;
donde la puntuación tiende a desaparecer y la inteligibilidad es ambigua.
Podemos decir que el verso, desde lo cuantitativo, define principalmente
tres aspectos: su métrica (cantidad de sílabas), su rima (su relación fonética
con otros versos) y el ritmo de acentuación (la sucesión de las sílabas
acentuadas e inacentuadas y pausas en su interior). Estos aspectos constituyen,
por así decirlo, el andamiaje material y melódico del verso, lo dotan de cierta
regularidad previsible para el oyente, lo que redunda en una cierta armonía
musical. No en vano, la versificación nació para darle palabras a la música.
Los versos suelen clasificarse según su métrica:
·
De arte menor de 2 hasta 8 sílabas, lo
más usados son los de 7(heptasílabo) y 8(octosílabo).
·
De arte Mayor: Cuando tienen 9 o más. Los
extensos, por lo general desde las 12 sílabas se suelen dividir en dos mitades
(iguales o de una sílaba de diferencia) llamados hemistiquios y entre ellos se
produce una pausa llamada cesura. Los más usado son los de 9, 11, 12, 14 y 16
sílabas.
Según su rima:
·
Rimados: Cuando riman con alguno de los
versos de la estrofa o de la siguiente estrofa. Si el poema es de única estrofa
o estrofas muy extensas, deben estar más o menos próximos para que el efecto de
rima se aprecie.
·
Sueltos: Qué no riman, pero tienen
métrica dentro de una estructura rimada.
·
Blancos: Qué no poseen rima, pero sí
métrica dentro de una estructura no rimada.
·
Libres: Qué no poseen rima ni métrica.
Según su ritmo acentual:
·
Trocaico: Se consideran grupos de dos
sílabas donde la primera está acentuada y la segunda no (se nota: óo). P. ej.
un verso octosílabo tendrá 4 grupos bisilábicos, y para que sea trocaico las
sílabas 1ra, 3ra, 5ta y 7ma deben estar acentuadas. Sólo los versos de sílabas pares
pueden ser Trocaicos perfectos en castellano, ya que su métrica exige que la
penúltima sílaba siempre este acentuada.
·
Yámbico: También son grupos bisilábicos
donde la primera no esté acentuada y la segunda sí (oó). P. ej. un verso
heptasílabo tendrá 3 grupos bisilábicos, y para que sea yámbico las sílabas
2da, 4ta y 6ta deben estar acentuadas. Sólo los versos de sílabas impares
pueden ser yámbicos perfectos en castellano.
·
Dactílico: Se toman grupos de tres
sílabas, dónde la primera está acentuada y las otras dos no (óoo). P. ej. un
octosílabo tiene tres grupos dactílicos (el último incompleto) dónde la 1ra,
4ta y 7ma sílabas deberían estar acentuadas. Sólo versos con sílabas múltiplo
de 3 más 2 pueden ser Dactílicos perfectos en castellano es decir 5,8,11, etc.
·
Anfibráquico: Se toman grupos de tres
sílabas, dónde la segunda está acentuada y las otras dos no (oóo). P. ej. un eneasílabo
tiene tres grupos dactílicos dónde la 2da, 5ta y 8va sílabas deberían estar
acentuadas. Sólo versos con sílabas múltiplo de 3 pueden ser Anfibráquicos perfectos
en castellano es decir 3, 6, 9, etc.
·
Anapéstico: Se toman grupos de tres
sílabas, dónde la tercera está acentuada y las otras dos no (ooó). P. ej. un decasílabo
tiene tres anapestos dónde la 3ra, 6ta y 9na sílabas deberían estar acentuadas.
Sólo versos con sílabas múltiplo de 3 más 1 pueden ser Anapésticos perfectos en
castellano es decir 4,7,10, etc.
·
Mixto: Combina dos o varios de estos
ritmos, p. ej. el endecasílabo melódico (se exige 3ra, 6ta y 10ma acentuadas)
podría construirse como dos anapestos, un yambo y un anfibráquico (ooó ooó oó
oóo), o bien dos anapestos, un anfibráquico y un trocaico (ooó ooó oóo óo). Prácticamente
todo patrón rítmico es posible representarlo mediante uno mixto. Hay también
patrones de 4 ó 5 sílabas, y estructuras clásicas, que no veremos en este
curso.
Nos interesan principalmente los versos de arte mayor rimados,
particularmente el endecasílabo, que es el usado por el soneto castellano. En
los siguientes capítulos abordaremos en detalle cada uno de estos aspectos de
métrica, rima y ritmo.
La estrofa
Llamamos estrofa a un grupo de versos seguidos. Un
poema está compuesto por estrofas (algo así como los "párrafos" del
poema), y las estrofas están compuestas por versos. La estrofa, por lo general,
es una unidad autónoma de sentido, más allá de que se articule con las otras
del poema, construyendo el sentido total del mismo.
Por otro lado, también son una unidad morfológica específica dada por la
métrica de los versos, la cantidad de ellos que contiene y el patrón de la rima.
Un poema puede tener una única estrofa, un número fijo o uno indeterminado de
ellas, de la misma o distinta cantidad de versos, de la misma o distinta medida
de verso, de tal o cuál patrón de distribución de la rima o no tenerla. Entre
todas estas posibilidades hay formas que han tenido éxito, otras pasaron al
olvido luego de su cuarto de hora. El soneto es de las más perdurables.
Algunas de las estrofas más famosas son:
·
Pareado: dos versos de medidas diversas
pero idéntica entre ambos, con rima asonante o consonante.
·
Terceto: tres versos de arte mayor, por
lo general endecasílabos, con diversos patrones de rima consonante.
·
Tercerilla: tres versos de arte menor,
con diversos patrones de rima asonante.
·
Cuarteto: cuatro versos de arte mayor,
por lo general endecasílabos, de rima consonante con el patrón ABBA (1ro con
4to, 2do con 3ro).
·
Redondilla: cuatro versos octosílabos, de
rima consonante con el patrón abba (1ro con 4to, 2do con 3ro).
·
Copla: cuatro versos octosílabos, de rima
consonante con el patrón abab (1ro con 3ro, 2do con 4to).
·
Cuaderna Vía: Estructura muy antigua
propia del mester de clerecía, compuesta por cuatro versos alejandrinos (14
sílabas) y rima consonante AAAA (todos riman entre sí)
·
Sexteto: seis versos de arte mayor, rima
consonante patrones de rima variables
·
Sextilla: seis versos de arte menor, rima
consonante patrones de rima variables
·
Copla de pie quebrado: seis versos: 1, 2,
4 y 5 octosílabos, 3 y 6 tetrasílabos, patrón de rima abcabc (1ro y 4to, 2do y
5to, 3ro y 6to)
·
Sextilla Gauchesca: Propia del Martín
Fierro, seis versos octosílabos de rima consonante cuyo patrón es abbccb (1ro suelto,
2do con 3ro y 6to, 4to con 5to)
·
Lira: Estrofa mixta de cinco versos, heptasílabos
el 1ro, 3ro y 4to y endecasílabos el 2do y 5to. El patrón de rima consonante habitual
es aBabB (1ro con 3ro, 2do con 4to y 5to).
·
Octava Real: Ocho versos endecasílabos
con rima consonante con el patrón ABABABCC (1ro con 3ro y 5to, 2do con 4to y
6to, 7mo con 8vo).
·
Octava Italiana: Ocho versos de arte
mayor con rima consonante con el patrón ABBCDEEC (1ro suelto, 2do con 3ro, 4to
con 8vo, 5to suelto, 6to con 7mo).
·
Décima o espinela: Esta composición de
origen español, es muy popular para las payadas o contrapuntos en toda américa.
De diez versos octosílabos de rima asonante, con el patrón abbaaccddc (1ro con
4to y 5to, 2do con 3ro, 6to con 7mo y 10mo, 8vo con 9no)
Hay muchos otros tipos de estrofas que dejamos para tu inquietud. Para
el soneto nos interesan particularmente los cuartetos y tercetos.
En el capítulo siguiente ya
entramos en la parte plena del curso y tratamos el importante tema de la
métrica.
Epílogo
Para finalizar este capítulo, les dejo un bello soneto de Garcilaso de
La Vega del siglo XVI, siempre tan elegante:
VII
No pierda más quien ha tanto perdido;
bástate, amor, lo que ha por mí pasado;
válgame ora jamás haber probado
a defenderme de lo que has querido.
Tu templo y sus paredes he vestido
de mis mojadas ropas y adornado,
como acontece a quien ha ya escapado
libre de la tormenta en que se vido.
Yo había jurado nunca más meterme,
a poder mío y a mi consentimiento,
en otro tal peligro como vano;
mas del que viene no podré valerme,
y en esto no voy contra el juramento,
que ni es como los otros ni en mi mano.
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