Capítulo 4 - Qué rima consonante no nos falte

Introducción

En este capítulo recorreremos las diversas formas de la rima y los patrones más empleados en los sonetos.

¿Qué es la rima?

La rima es la estructura que relaciona fonéticamente los versos por su terminación, esto da un efecto de musicalidad y familiaridad al oyente que puede prever (tal como pasa con las progresiones de acordes en la música) lo que vendrá y espera que así sea. Por otro lado, puede ser usada como nemotécnica para favorecer la retención, cosa bastante crucial para el mundo antes de conocer la imprenta. Quizá, esta sea la causa principal de que hoy esté en desuso, salvo para la letrística, que utiliza sus cualidades rítmicas y melódicas para las canciones.
La rima, al relacionar los versos por su terminación, fuerza una métrica y un patrón estrófico determinados. Estos conceptos que nos resultan naturales, no lo son tanto. Podemos decir que la poesía métrica rimada es un producto de la Edad Media (aunque no su invento) y en términos de popularidad bastante reciente, para la edad del hombre.
Las culturas antiguas usaron otros métodos de versificación. P. ej. los griegos y romanos se basaron sobre patrones rítmicos regulares de sucesión de sílabas breves y largas; qué eran naturales para su lengua y extrañas para la nuestra (salvo para los cordobeses). Las culturas germano/escandinavas utilizaron la aliteración que, en su caso, es la repetición de los mismos fonemas consonantes tres veces dentro el verso. Los judíos usaron figuras retóricas o tropos más bien intelectuales como el paralelismo semántico.

Clasificación de la rima

Volviendo a lo nuestro, se puede clasificar la rima por su timbre, es decir por su fonética:
·         Consonante o perfecta: Su sonido es idéntico a partir de la tónica del verso, es decir homófonas independientemente de cómo se escriban. Por eso “cuervo”, “verbo” y “consiervo”, riman consonante porque todas tienen el grupo “érvo”, No importa la longitud anterior de la palabra ni si forma diptongo antes de la tónica.
·         Asonante o imperfecta: Sólo deben coincidir las vocales desde la última acentuada, pudiéndose excluir las débiles de un diptongo. Por eso “cuervo”, “cuerpo”, “momento” y “remedio” riman asonante ya que todas tienen el grupo “éo”, no importa la longitud anterior o posterior de la palabra, ni si forman diptongo antes o después de la tónica.
El soneto requiere de cierta elegancia y escapa de las trivialidades. Desde ya se descarta la rima asonante (aunque hay algunos ejemplos de poco éxito al respecto) y las rimas consonantes triviales están mal vistas. Entre ellas podemos considerar las terminadas en tónica vocal p. ej. “partió” o “cargué”, las terminadas en “ción” como “canción” y “televisión”, en “er”, “ar”, “ir” como los infinitivos de los verbos, “endo”, “ando” de los gerundios, las terminadas en “aba” o “ía”, en “ado”, “ada”,” ido”, etc. Aunque suelen considerarse inapropiadas para la composición, nobleza obliga, son difíciles de omitir y hasta los grandes autores las han usado en algún momento, de hecho, los poemas de los capítulos anteriores las usan.

Patrones de rima

El soneto utiliza una serie de patrones más o menos fijos para la realizar la rima entre versos. El patrón de los cuartetos es inmodificable y sigue la estructura ABBA, es decir 1ro con 4to y 2do con 3ro. Se da en cambio variabilidad en los tercetos. Suelen usarse CDC DCD, esto es 1er y 3er verso del 1er terceto con 2do verso del 2do terceto; y 2do verso del 1er terceto con 1er y 3er versos del 2do terceto como forma más aceptada; pero también otras como CDD CEE, CDE CDE, CCD DCD y casi lo que la imaginación alcance, sin nunca superar los tres o bajar de dos pares de rima.
Otra cosa a evitarse es la rima asonante entre consonantes. P. ej. “Ansí penaba el triste Nuño/ -su consorte teníalo cornudo/ con otro mozo de aspecto bien rudo-/ que siquiera podía alzar su puño.” Noten que las rimas consonantes cumplen el canon 1ra y 4ta “uño”, 2da y 3ra “udo”, pero las cuatro tienen asonancia “úo”, lo que no sólo no es elegante, sino que muy monótono.
Este cuadro muestra algunas de las formas más usadas:

Algo de práctica

Ahora les propongo analizar el soneto de Lope de Vega del capítulo anterior para ver su rima. Para ello conviene agregar cuatro columnas a nuestro analizador para la consonancia, la asonancia y los patrones de ambas. Abajo hay una posible solución:

Notamos que la rima es correctamente consonante y si bien el patrón usado no es el más popular, está dentro de las posibilidades. Lo que podemos notar es que Garcilaso usa la rima poco feliz “endo” en entre los 2dos versos de los tercetos. Lo perdonamos por no abusar de ella, por ser un pionero, y por lo mucho que le adeudamos.
Por otro lado, notamos que los patrones asonantes son tres ABC, en Lugar de ABCD, ya que el B se repite en 8 de los 14 versos. Podemos decir en defensa de Garcilaso que quiso dotar a al soneto de cierto punch, tal como los letristas hacen con los estribillos, cosa que se ve claro pues la asonancia de los tercetos es siempre con vocales fuertes, lo que implica un “crescendo” desde los cuartetos (sería una justificación genial del “endo” del que hablábamos antes). Nótese en que posiciones está la asonancia, lo que evita la monotonía y dota al poema de mayor énfasis, cosa que podremos percibir mejor cuando veamos, el capítulo que viene, los aspectos relacionados al ritmo.
Esto nos demuestra que lo criticable, a veces, puede terminar en gran acierto; pero obviamente hay que saber bien: qué se hace y el porqué. No en vano esta gente ha sido maestra de maestros.

Epílogo

Para finalizar, les dejo un hermoso Soneto de Góngora del siglo XVII. Noten el extraño final artificiosamente canónico que trataremos de explicar el capítulo siguiente: 
oro bruñido el sol relumbra en vano,
mientras con menosprecio en medio el llano
mira tu blanca frente al lilio bello,

    mientras a cada labio, por cogello,
siguen más ojos que a clavel temprano,
y mientras triunfa con desdén lozano
del luciente cristal tu blanco cuello,

    goza cuello, cabello, labio y frente,
antes que lo que fue en tu edad dorada
oro, lilio, clavel, cristal luciente,

    no sólo en plata o vïola truncada
se vuelva, mas tú y ello juntamente
en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada.


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